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miércoles, 23 de octubre de 2024

Hiperferritinemia metabólica

 


La hiperferritinemia metabólica hace referencia a las alteraciones en el metabolismo del hierro asociadas a alteraciones cardiometabólicas y hepáticas. Una propuesta de definición, fisiopatología y criterios diagnósticos aparece publicada en Nature Reviews Endocrinology. A continuación los criterios diagnósticos y los criterios de exclusión.

Criterios diagnósticos actualizados propuestos para la hiperferritinemia metabólica

  • Concentraciones séricas de ferritina: niveles circulantes de ferritina.
  • >300 ng/ml en hombres y >200 ng/ml en mujeres.

Más

  • Evidencia de hígado graso: mediante biopsia hepática, imágenes (incluidas resonancia magnética, ecografía, tomografía computarizada), parámetro de atenuación continua mediante elastografía transitoria o biomarcadores o puntuaciones no invasivas (como el índice de hígado graso, limitado a estudios epidemiológicos).

O bien

  • Diabetes mellitus tipo 2 y/u obesidad (ajustada por origen étnico, IMC >30 kg/m2 en personas de origen europeo).

O bien

  • Dos o más características de metabolismo alterado asociado con la resistencia a la insulina:
  • Sobrepeso (ajustado por etnia, IMC >25 kg/m2 en personas de origen europeo) o aumento de la circunferencia abdominal (ajustado por sexo y etnia, >102 cm en hombres y >88cm en mujeres de origen europeo).
  • Aumento de los niveles circulantes de triglicéridos (>150 mg/dl).
  • Colesterol HDL bajo (<45 mg/dl en hombres y <55 mg/dl en mujeres).
  • Aumento de los niveles de glucosa en ayunas (>100 mg/dl).
  • Hipertensión arterial (>130/85 mmHg o uso de antihipertensivos).
  • Evidencia de hiperinsulinemia en ayunas o resistencia a la insulina (validada localmente, como con un índice HOMA-IR).

Criterios de exclusión:

  • Hemocromatosis, confirmada genéticamente, o evidencia de aumento de las reservas corporales de hierro con aumento persistente de la saturación de transferrina (>50%) u otros trastornos genéticos que afectan el metabolismo del hierro: estos incluyen trastornos del metabolismo del hierro (como la enfermedad de ferroportina), anemias con carga de hierro (como talasemias y anemias diseritropoyéticas) y trastornos hemolíticos.
  • Consumo elevado de alcohol (>60 g por día en hombres y >40 g por día en mujeres en los últimos 6 meses).
  • Anemia, cuando no es leve y está relacionada con el rasgo de talasemia y/o tiene otras variantes de hemoglobina (como hemoglobina falciforme, HbS).
  • Terapia de transfusión de glóbulos rojos o transfusiones sostenidas previas de glóbulos rojos (como después de un traumatismo grave o una enfermedad crítica) o terapia de infusión de hierro reciente (dentro de los 5 años).
  • Enfermedad renal terminal o diálisis.
  • Otras formas de sobrecarga secundaria de hierro, por ejemplo, debido a la exposición a humos de soldadura.
Otro término que se utiliza cuando se identifican personas con la asociación de sobrecarga de hierro y factores de riesgo asociados al síndrome metabólico es el de Síndrome de sobrecarga de hierro dismetabólico (DIOS). Una revisión del tema se puede consultar en Endocrine.


jueves, 23 de mayo de 2024

Los riesgos para la salud del jarabe de maíz


Los riesgos para la salud del jarabe de maíz se han puesto de manifiesto en varios estudios. El riesgo es atribuido al alto contenido de fructosa.  El jarabe de maíz está presente en algunos yogures, zumos, refrescos, galletas, mermeladas, postres, carnes procesadas, cereales para el desayuno, helados, batidos, diferentes salsas, entre otros alimentos.

Almíbar obtenido de la fécula de maíz

En la industria alimentaria el jarabe de maíz tiene un uso muy extendido para endulzar los alimentos, su bajo coste y poder espesante. El jarabe de maíz, a diferencia de los azúcares de las frutas, se trata de un almíbar obtenido de la fécula de maíz. Actúa a nivel del sistema nervioso central favoreciendo la dependencia y adicción. Se estima que en Estados Unidos el 80 % de la fructosa consumida procede de los alimentos de producción industrial.


Entre los efectos adversos de un consumo elevado de fructosa se describe la resistencia a la insulina, situación que favorece el síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes mellitus.  La vía preferente para el metabolismo de la fructosa es la hepática, esto la convierte en un elemento lipogénico que favorece la aparición del hígado graso. Así mismo, la han relacionado con una mayor frecuencia de hipercolesterolemia y aumento del ácido úrico.


Varios estudios han encontrado un aumento del riesgo de adenomas colorrectales asociado al consumo de fructosa. Considerando las calorías totales se estima que por cada 5 %, procedente de la ingesta de fructosa, el riesgo para todo tipo de adenoma se incrementa un 17 %. A su vez, el aumento en los adenomas de alto riesgo es del 30 % y si la ubicación es el recto puede alcanzar el 43 %.


También se ha apreciado una asociación entre el consumo alto de fructosa con el inicio temprano del cáncer colorrectal (CCR). Ello se desprende de los datos de un gran estudio con 95.464 participantes y un seguimiento de la frecuencia alimentaria cada 4 años a través de un cuestionario bien estructurado. Una ingesta alta de fructosa, comparada con un consumo de menos de una porción semanal, aumenta el riesgo de CCR en 2,2 veces. Así mismo, cada aumento del consumo de una porción diaria de fructosa, entre adolescentes de 13 a 18 años, incrementa el riesgo de CCR de inicio temprano en un 32 %. Al parecer la fructosa tiene un mayor efecto sobre el cáncer colorrectal derecho que el izquierdo. 

Mensaje

Los efectos nocivos a la salud del jarabe de maíz es un factor de riesgo modificable. Son necesarias intervenciones educativas que promuevan la reducción del consumo de alimentos con alto contenido de este aditivo. Todo empieza por fomentar una compra de alimentos saludables y ello requiere la revisión de los contenidos que aparecen en el etiquetado y evite aquellos con contenido de jarabe de fructosa. Lamentablemente, no siempre aparece la información detallada de los contenidos y otras veces, si lo mencionan, no especifican las cantidades.

sábado, 30 de marzo de 2024

Riesgos para la salud por el consumo de alimentos ultraprocesados

 

En una publicación aparecida en The BMJ se detallan los resultados de una revisión de 14 estudios de metaanálisis en 45 análisis agrupados incluidos en el período del 2009 al 2013. Han encontrado un incremento de la mortalidad y de la incidencia de las enfermedades más prevalentes por el consumo de los alimentos ultraprocesados.

    El incremento porcentual del riesgo de mortalidad se comportó de la siguiente manera:

  • Mortalidad todas las causas: 21 %
  • Cardiovascular: 50 %
  • Enfermedades cardíacas: 66 %

    El incremento porcentual del riesgo de incidencia se comportó de la siguiente manera:

  • Enfermedad cardiovascular/eventos cardiovasculares: 35 %
  • Hipertensión arterial: 23 %
  • Diabetes tipo 2: 40 %
  • Obesidad: 55 %
  • Síndrome metabólico: 25 %
  • Trastornos del sueño: 41 %
  • Trastornos mentales: 48 %
  • Asma bronquial: 20 %
  • Enfermedad de Crohn: 71 %
  • Colitis ulcerosa: 17 %
  • Cáncer general: 12 %
  • Cáncer de páncreas: 24 %
  • Cáncer colorrectal: 23 %
  • Cáncer sistema nervioso central: 20 %
  • Cáncer de mama: 15 %

    Una investigación reciente publicada en Neurology confirma la asociación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de deterioro cognitivo y riesgo de accidente cerebrovascular.
    
    En dos comunicaciones anteriores abordamos el tema de los riesgos a la salud de los alimentos ultraprocesados que transcribimos continuación.

Cómo identificar alimentos procesados y ultraprocesados

    Los expertos en nutrición nos dan unas sencillas pautas de cómo identificar alimentos procesados y ultraprocesados. Sin dudas, el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados están relacionados con el daño a la salud. Incrementan el riesgo de cardiopatías, obesidad, cáncer, diabetes mellitus, hipertensión arterial, entre otros problemas de salud. De hecho, aumentan el riesgo de muerte por todas las causas. Se apreció una asociación directa entre el consumo de alimentos ultraprocesados y 32 parámetros de salud.

    Cabría preguntarse si sabemos identificar a la hora de la compra cuáles son los alimentos procesados y ultraprocesados. Se pueden encontrar múltiples definiciones al respecto. Recogiendo los criterios del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y de expertos en el tema podremos distinguir los alimentos en procesados y ultraprocesados.

    Los alimentos procesados han variado su naturaleza original como consecuencia de la congelación o el calentamiento. Así mismo, han sufrido modificaciones respecto a la forma y presentación, como las frutas convertidas en zumos. O bien, los cortes en floretes o ramilletes en verduras (porciones más pequeñas), como en zanahorias, brócolis y otras verduras congeladas.

    Los alimentos ultraprocesados están formados en parte o mayoritariamente de los componentes de diferentes alimentos. Es decir, su contenido tiene poco o ningún alimento intacto. Tal es el caso de refrescos, bocadillos, patatas fritas, cereales para el desayuno y comidas preparadas en general. Igualmente, entran en esta categoría los platos preparados que, en cualquier caso, requieren agua antes de pasarlos por el microondas. Se caracterizan por ser económicos, con sabor agradable y alto contenido en sal, aditivos industriales, carbohidratos refinados y grasas saturadas.

    Sin dudas, mejor fruta entera que zumos, verduras frescas que congeladas y los ultraprocesados son peores alimentos que los procesados. No todo alimento procesado es malo. La industria alimentaria tendrá que esforzarse en conseguir alimentos procesados y, particularmente ultraprocesados, más saludables.

A propósito de los alimentos ultraprocesados

    El interés de los nutricionistas a propósito de los alimentos ultraprocesados crece de forma importante. La revista The American Clinical Nutrition abordó el tema recientemente en dos artículos publicados. En uno de estos, los aspectos conceptuales actuales de los alimentos ultraprocesados y su influencia en las pautas dietéticas se describieron en detalle. En el otro, las limitaciones del concepto actual de los alimentos ultraprocesados se analizaron.

Clasificación NOVA

La clasificación NOVA distingue cuatro tipos de alimentos de acuerdo con su relación con el proceso industrial:

Grupo 1. Alimentos sin procesar o mínimamente procesados

Grupo 2. Ingredientes culinarios procesados

Grupo 3. Alimentos procesados

Grupo 4. Alimentos ultraprocesados

    Los del Grupo 1 son alimentos naturales o mínimamente procesados para su mejor conservación. Los alimentos pasan por diferentes procesos como el vacío, la refrigeración, la pasteurización, la trituración, el tostado, etc.

    En el Grupo 2 los alimentos son naturales que se someten a determinados procesos como el secado, el refinado, la molienda o el prensado.

    Los del Grupo 3 son los alimentos procesados cuyo objetivo es aumentar la durabilidad o el sabor a los alimentos naturales se le añade sal, aceites, conservantes, colorantes, etc.

    Finalmente, los alimentos ultraprocesados o Grupo 4 no son alimentos modificados. En realidad, son formulaciones realizadas con sustancias derivadas de los alimentos a los cuales se le añaden aditivos o son alimentos derivados de otras fuentes orgánicas. En cualquier caso, ningún alimento estará entero. Más bien, contienen sal, azúcares, aceites hidrogenados o interesterificados y proteína de soja. También, tienen alto contenido en jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, azúcar invertido y maltodextrina. Así mismo, se les suele añadir conservantes, antioxidantes, saborizantes, espesantes y humectantes. Definitivamente, el objetivo es conseguir un alimento con marca atractiva, de buen sabor, duradero y con alta rentabilidad.

Influencia en las pautas de dietéticas actuales

    Las evidencias científicas que alertan sobre la mala calidad de los alimentos ultraprocesados van en aumento y, afortunadamente, también van calando en la opinión de los gobiernos y las instituciones sanitarias. Consecuentemente, se refleja en los programas de salud relacionados con una dieta saludable. Sin duda alguna, un mayor consumo de alimentos ultraprocesados está asociado a una morbilidad y mortalidad por enfermedades crónicas más elevada.    

    Cabe destacar que, entre las enfermedades relacionadas al consumo de alimentos ultraprocesados están las enfermedades cardiovasculares, enfermedades cerebrovasculares y diferentes tipos de cánceres. También, hay un mayor riesgo de obesidad, dislipidemia, depresión, hígado graso no alcohólico y daño en la función renal. Definitivamente, los alimentos ultraprocesados se asocian con un aumento de la mortalidad por todas las causas, incluyendo a la cardiovascular y la cerebrovascular.

Limitaciones actuales 

    El propio concepto de alimento ultraprocesado tiene sus limitaciones y habrá que superarlo. Digamos, cuando de aditivos alimentarios se trata hay que pensar que se corresponde con un grupo heterogéneo de sustancias químicas. Habrá que profundizar en las cualidades de cada uno. Por supuesto, tampoco vale que la etiqueta del producto indique que contiene aceite vegetal, sin especificar cuál. Las cantidades de los espesantes, el jarabe de maíz y de otras sustancias que se añaden no siempre se indican. Por último, la mayor parte de los estudios realizados son de tipo observacional. Son necesarios estudios que aborden la relación de causalidad de los alimentos ultraprocesados y las distintas enfermedades.

Comentario:

    Las organizaciones gubernamentales y las autoridades sanitarias deben revisar los programas actuales sobre alimentación saludable. Desde luego, habrá que animar a la población a llevar una alimentación que incluya alimentos sin procesar o mínimamente procesados.  Así mismo, los alimentos con ingredientes culinarios son opciones más saludables. Sin embargo, hay que reducir al mínimo los alimentos ultraprocesados por ser considerados poco saludables. Por último, deben mejorarse las definiciones actuales relacionadas con el tema y las evidencias científicas de la causalidad en cuanto a morbilidad y mortalidad.


sábado, 16 de marzo de 2024

Rezdiffra para la esteatohepatitis no alcohólica con fibrosis

 


Rezdiffra (resmetirom) es un agonista parcial del receptor beta de la hormona tiroidea. (THR-beta), principal receptor de la hormona tiroidea en el hígado. Ha recibido la autorización de la FDA para el tratamiento de la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) con fibrosis. El estímulo de este receptor disminuye los niveles de triglicéridos en el hígado.  Como parte del tratamiento de asociarse la dieta y el ejercicio. No está indicado en la cirrosis hepática. Acceda a la Información para el paciente. 

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Hígado graso y Síndrome Metabólico



miércoles, 8 de septiembre de 2021

Los beneficios para la salud del resveratrol


    Los beneficios para la salud del resveratrol han sido ampliamente estudiados desde su descripción inicial por el japonés Michio Takaoka en 1939. Corresponde al genetista David Sinclair, Escuela de Medicina de Harvard, la identificación de la actividad del resveratrol sobre las sirtuinas en 2003.

    El resveratrol es un compuesto polifenólico que está presente en la piel de las uvas, arándanos, cacahuetes, moras, frambuesas, nueces y el vino tinto. Se le reconocen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes con un potente poder para la eliminación de las especies reactivas al oxígeno (ROS).

    También tiene un papel importante en la activación de la sirtuina-1 desacetilasa dependiente del NAD, que codifica al gen SIRT1. Se trata de una enzima con una contribución importante en la longevidad, regulación homeostática y en las respuestas al estrés.

    Sus propiedades beneficiosas para la salud están relacionadas con efectos antiinflamatorios y regulación de múltiples funciones celulares. Entre ellas: autofagia, apoptosis, protección mitocondrial, metabolismo de glucosa y lípidos, etc.

Beneficios del resveratrol como nutracéutico


    La protección renal que utiliza diferentes vías ha sido descrita en nefropatía diabética, lesión de tipo isquémica, nefrotoxicidad por medicamentos, obstrucción vías urinarias e infecciones. También se han observado mejoras en la salud cardiovascular, el control de la diabetes mellitus, el hígado graso y el síndrome metabólico.

    Se le ha atribuido propiedades anticancerígenas por estudios in vitro y en modelos de animales. Se han observado efectos antiproliferativos y estimuladores de la apoptosis. También se le considera un potencial agente quimiosensibilizante como medida adyuvante en el tratamiento del cáncer, particularmente en tumores resistentes a la quimioterapia. Sin duda, es un campo interesante de investigación que habrá que seguir de cerca.

    Son numerosas las publicaciones que señalan los beneficios del resveratrol sobre el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con el envejecimiento. La velocidad de acortamiento de los telómeros; y las estructuras extremas de los cromosomas, predicen el estado de longevidad. La enzima telomerasa actúa alargando a los telómeros.

    Un estudio australiano en el que participaron 129 mujeres postmenopáusicas se aleatorizó a tomar 75 mg de resveratrol dos veces al día frente a placebo. Se apreció una mejora del rendimiento cognitivo general y una atenuación de los efectos cerebrovasculares a los estímulos cognitivos en las que tomaron resveratrol.

Comentario

    Los estudios en humanos del resveratrol son limitados.  Aún; no se pueden asegurar muchos de los beneficios observados en animales, y es de esperar que dispongamos en un futuro próximo de resultados en humanos con un nivel de evidencia confiable. Las principales limitaciones del resveratrol en los estudios clínicos son su baja disponibilidad y su acelerado metabolismo hepático. Con el sistema tecnológico de administración LipiSperse se aumenta la dispersión de compuestos lipofílicos, como el resveratrol, aumentando la biodisponibilidad.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Hígado Graso y Síndrome Metabólico.



El Hígado Graso No Alcohólico (HGNA) es la afección hepática más frecuente en países desarrollados, convirtiéndose en una verdadera epidemia. El HGNA va desde una simple acumulación de grasa en el hígado, pasando por una esteatohepatitis, posterior fibrosis y finalmente la cirrosis hepática.

Aunque los datos epidemiológicos son limitados, la prevalencia estimada en población general varía entre 18,55% en Italia y el 31% en Grecia.  Las tasas de prevalencia aumentan con la edad, la obesidad y en los diabéticos. En estas dos últimas enfermedades el HGNA puede estar presente hasta en el 70% de los casos. Si la obesidad es mórbida la cifra puede alcanzar el 90%.

Hoy en día se reconoce al HGNA como una manifestación del Síndrome Metabólico (SM), siendo éste el factor de riesgo más frecuente. El diagnóstico de SM se estable por la presencia de 3 o más de los siguientes criterios:
  • Hipertensión arterial (PA sistólica ≥ 130 mmHg y/o PA diastólica ≥ 90 mmHg).
  • Triglicéridos ≥ 150 mg/dl.
  • Colesterol HDL < 40 mg/dl en hombres; < 50 mg/dl en mujeres.
  • Hiperglicemia ≥ 110 mg/dl.
  • Circunferencia abdominal ≥102 cm en hombres ≥88 cm en mujeres.

Factores de riesgo.

Entre otros factores de riesgo relacionados con el HGNA se han descrito:
  • Dieta con alto consumo de carnes rojas y procesadas, grasas saturadas, granos refinados, azúcares simples añadidos y bebidas con alto contenido de fructosa.
  • Reducida actividad física.
  • Apnea Obstructiva del Sueño.
  • Tabaquismo.
  • Síndrome de ovario poliquístico.
  • Fármacos: estrógenos, glucocorticoides, tamoxifeno, metotrexato, amiodarona.

Manejo integral del HGNA.

El tratamiento de estos casos incluye:
  • Pérdida de peso gradual, probablemente la principal medida.
  • Dieta Mediterránea: ricas en antioxidantes.
  • Actividad física regular.
  • Tratamiento farmacológico para el HGNA que progresa a fibrosis y cirrosis: pioglitazona, vitamina E, estatinas y silimarina. Todos ellos con bastantes limitaciones en su uso y sujetos a nuevas investigaciones.

Estudio Cualtis sobre Hígado Graso No Alcohólico.

Se realizó un estudio en 1.838 trabajadores que acudieron a reconocimiento médico como parte del Programa de Vigilancia de la salud de Cualtis entre el 01/01/2010 y el 31/12/2010. Los participantes correspondían a personal directivo de empresas de la Comunidad de Madrid. El diagnóstico de HGNA se estableció a través del estudio ecográfico del hígado, prueba diagnóstica no invasiva de aceptación general.

Se encontró una prevalencia global de HGNA en el 44.0% de los estudiados, 54.0% en varones y 7.3% en mujeres. La prevalencia de HGNA presentó diferencias muy marcadas por sexo y estuvo asociada a hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia, colesterol HDL bajo y obesidad abdominal, elementos que caracterizan al síndrome metabólico.

Comentarios y recomendaciones:
  • Es importante la identificación temprana del HGNA en su fase inicial de infiltrado graso e intervenir para evitar la evolución hacia la esteatohepatitis y la cirrosis hepática.
  • La principal medida en el tratamiento de estos casos es la modificación del estilo de vida (dieta y actividad física), así como el control de los factores de riesgo asociados.
  • No existe aún ningún fármaco que ofrezca mejoría significativa de la enfermedad y que al mismo tiempo sea seguro. Varios ensayos clínicos están en curso en la búsqueda de fármacos más apropiados.
  • El cribado del HGNA en los trabajadores debería ser incorporado en Medicina del Trabajo como una medida de interés en Vigilancia de la Salud.
Enlaces:
  • World J Gastroenterol 2018 August 14; 24(30): 3361-3373. doi: 10.3748 / wjg.v24.i30.3361.
  • Clin Exp HEPATOL 2018; 4, 3: 165–174. DOI: https://doi.org/10.5114/ceh.2018.78120.
  • Arch Prev Riesgos Labor 2014; 17 (2):84-90. 
  • http://www.archivosdeprevencion.com/view_document.php?tpd=2&i=521.