jueves, 23 de mayo de 2024

Los riesgos para la salud del jarabe de maíz


Los riesgos para la salud del jarabe de maíz se han puesto de manifiesto en varios estudios. El riesgo es atribuido al alto contenido de fructosa.  El jarabe de maíz está presente en algunos yogures, zumos, refrescos, galletas, mermeladas, postres, carnes procesadas, cereales para el desayuno, helados, batidos, diferentes salsas, entre otros alimentos.

Almíbar obtenido de la fécula de maíz

En la industria alimentaria el jarabe de maíz tiene un uso muy extendido para endulzar los alimentos, su bajo coste y poder espesante. El jarabe de maíz, a diferencia de los azúcares de las frutas, se trata de un almíbar obtenido de la fécula de maíz. Actúa a nivel del sistema nervioso central favoreciendo la dependencia y adicción. Se estima que en Estados Unidos el 80 % de la fructosa consumida procede de los alimentos de producción industrial.


Entre los efectos adversos de un consumo elevado de fructosa se describe la resistencia a la insulina, situación que favorece el síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes mellitus.  La vía preferente para el metabolismo de la fructosa es la hepática, esto la convierte en un elemento lipogénico que favorece la aparición del hígado graso. Así mismo, la han relacionado con una mayor frecuencia de hipercolesterolemia y aumento del ácido úrico.


Varios estudios han encontrado un aumento del riesgo de adenomas colorrectales asociado al consumo de fructosa. Considerando las calorías totales se estima que por cada 5 %, procedente de la ingesta de fructosa, el riesgo para todo tipo de adenoma se incrementa un 17 %. A su vez, el aumento en los adenomas de alto riesgo es del 30 % y si la ubicación es el recto puede alcanzar el 43 %.


También se ha apreciado una asociación entre el consumo alto de fructosa con el inicio temprano del cáncer colorrectal (CCR). Ello se desprende de los datos de un gran estudio con 95.464 participantes y un seguimiento de la frecuencia alimentaria cada 4 años a través de un cuestionario bien estructurado. Una ingesta alta de fructosa, comparada con un consumo de menos de una porción semanal, aumenta el riesgo de CCR en 2,2 veces. Así mismo, cada aumento del consumo de una porción diaria de fructosa, entre adolescentes de 13 a 18 años, incrementa el riesgo de CCR de inicio temprano en un 32 %. Al parecer la fructosa tiene un mayor efecto sobre el cáncer colorrectal derecho que el izquierdo. 

Mensaje

Los efectos nocivos a la salud del jarabe de maíz es un factor de riesgo modificable. Son necesarias intervenciones educativas que promuevan la reducción del consumo de alimentos con alto contenido de este aditivo. Todo empieza por fomentar una compra de alimentos saludables y ello requiere la revisión de los contenidos que aparecen en el etiquetado y evite aquellos con contenido de jarabe de fructosa. Lamentablemente, no siempre aparece la información detallada de los contenidos y otras veces, si lo mencionan, no especifican las cantidades.

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