La tuberculosis, primera causa de mortalidad por enfermedad infecciosa
La tuberculosis vuelve a recuperar el primer lugar en mortalidad mundial por enfermedad infecciosa después de ceder transitoriamente la primacía al COVID-19. Según los datos de la OMS, el año pasado se informaron 8 millones de nuevos diagnósticos y 1,25 millones de fallecidos.
Más de la mitad de los casos están en India, Indonesia, China, Filipinas y Pakistán. Estos países no cumplen con los compromisos establecidos con la OMS para combatir la tuberculosis. La tuberculosis se puede prevenir y curar. La Estrategia Fin de la Tuberculosis de la OMS tiene como metas mundiales para el 2027 un 90 % en cobertura para el tratamiento y prevención de la tuberculosis.
El 55 % de los afectados son hombres, 33 % corresponden a mujeres y el 12 % a niños y adolescentes. Los factores de riesgo asociados a la tuberculosis más importantes son: infección por VIH, abuso del alcohol, desnutrición, diabetes y tabaquismo. Se considera que la tuberculosis multirresistente sigue siendo una crisis de salud pública. Los casos resistentes a la rifampicina llegan al 68 %. Peor aún, de los casos multirresistentes sólo el 44 % fueron diagnosticados y tratados en 2023.
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 podrían proteger contra el cáncer
Un estudio con datos del Biobanco del Reino Unido y con la participación de más de 250.000 personas encuentra que el consumo de ácidos grasos omega-3 y omega-6 se asocia con una incidencia menor de cáncer en general y en la mayoría de las localizaciones. Los resultados fueron publicados en International Journal of Cancer. La reducción del riesgo según la incidencia fue del 3% al 7 % para el omega-6 y del 5% al 8 % para el omega-3.
En esta investigación se apreciaron asociaciones inversas de los ácidos grasos poliinsaturados omega-6 plasmáticos con 14 cánceres de sitio específico en cabeza y cuello, esófago, estómago, colon, recto, tracto hepatobiliar, páncreas, pulmón, melanoma maligno, tejido blando conectivo, riñón, vejiga, cerebro y tiroides. Por su parte, las asociaciones inversas con el consumo de ácidos grasos omega-3 se registran con los cánceres de esófago, colon, recto, páncreas y pulmón. La excepción fue para el cáncer de próstata donde la asociación con los omega-3 fue positiva.
A su vez, las asociaciones fueron más fuertes entre los grupos de edades más jóvenes y los ácidos grasos omega-6, mientras que entre los grupos de edades mayores lo fueron los omega-3. Estos datos son de utilidad para tenerlos en cuenta en los programas de estrategia preventivas, independientemente que serán necesarios estudios confirmatorios adicionales.
Muy interesante el artículo, que nos manifiestas que enfermedades del siglos quedan vigentes aún
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