jueves, 25 de diciembre de 2025

Situación actual del tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer

 

El tratamiento del Alzheimer ha avanzado con la aprobación de la FDA de fármacos dirigidos a amiloides como Lecanemab (Leqembi) y Donanemab (Kisunla), que ralentizan el deterioro cognitivo en las primeras etapas eliminando placas cerebrales, no curando la enfermedad, pero conlleva riesgos como ARIA (hinchazón/sangrado cerebral). Los ensayos clínicos muestran una eficacia modesta, con el futuro apuntando a terapias combinadas, dirigidas a múltiples vías (tau, inflamación, etc.) y tratamientos preventivos, pasando del alivio sintomático a la modificación de la enfermedad, con muchos fármacos en ensayos. 

El término ARIA (Amyloid-Related Imaging Abnormities) se refiere a cambios cerebrales detectados por neuroimagen, como hinchazón (edema) o microhemorragias, asociados a tratamientos contra la proteína amiloide en el Alzheimer, no a una condición cerebral general; su origen es un acrónimo médico para describir estas anomalías vasogénicas (ARIA-E) y microhemorrágicas (ARIA-H) inducidas por anticuerpos amiloides, como los usados en fármacos Anti-Amiloides.

Medicamentos aprobados por la FDA (últimos ~5 años)

A. Lecanemab (Leqembi): Con la aprobación total en 2023, este anticuerpo elimina las placas amiloides, ralentizando la progresión de la enfermedad en el Alzheimer temprano.

B. Brexpiprazol (Rexulti): Aprobado en 2023 para tratar la agitación asociada al Alzheimer. 

C. Donanemab (Kisunla): Aprobado a mediados de 2024, también ataca las placas amiloides, iniciando tratamiento en etapas leves de deterioro cognitivo/demencia.

Eficacia y riesgos

  • Ralentiza, no para: Estos fármacos ralentizan la tasa de deterioro, proporcionando más tiempo, pero no detienen ni revierten la enfermedad.
  • Anomalías de imagen relacionadas con amiloides (ARIA): Los efectos secundarios comunes incluyen inflamación cerebral (ARIA-E) y microhemorragias (ARIA-H), monitorizadas mediante resonancia magnética. 

Ensayos clínicos recientes y direcciones futuras

  1. Enfoque Multi-Objetivo: La cartera incluye fármacos dirigidos a la proteína tau, la neuroinflamación, la salud sináptica y el metabolismo, yendo más allá del amiloide.
  2. Terapias combinadas: Es probable que los tratamientos futuros incluyan la extirpación del amiloide con otros mecanismos para mejores resultados.
  3. Ensayos de prevención: Los ensayos están inscribiendo a personas cognitivamente normales y de alto riesgo, incluidas aquellas con síndrome de Down, para tratamientos preventivos.
  4. Nuevas formulaciones: Las versiones subcutáneas (bajo la piel) de los tratamientos, como Leqembi IQLIK (aprobado en agosto de 2025), ofrecen comodidad para el paciente.
  5. Biomarcadores: Los avances en biomarcadores ayudan a identificar a los pacientes y a seguir la respuesta al tratamiento. 

Avances recientes en ensayos clínicos (2025)

A finales de 2025, más de 138 fármacos se encuentran en diversas fases de ensayos clínicos. 

  1. Trontinemab: Utilizando la tecnología de "brain shuttle" para cruzar la barrera hematoencefálica de forma más eficaz, este fármaco logró una eliminación del 90% de amiloide con menos efectos secundarios en los primeros ensayos.
  2. Blarcamesina: Los resultados recientes de la Fase 2b/3 mostraron una reducción del 27-36% en el deterioro de la memoria al mejorar el sistema de eliminación de residuos cerebrales.
  3. NU-9: Un estudio revolucionario de 2025 encontró que este fármaco frenaba la enfermedad en los modelos al reducir los oligomeros amiloides tóxicos y calmar la neuroinflamación. 

El futuro del tratamiento

El futuro se está desplazando hacia un modelo de "terapia combinada", similar a los tratamientos para el VIH o el cáncer. 

  • Más allá de la amiloide: La investigación se está diversificando hacia fármacos que actúan  contra los enredos tau, la neuroinflamación y la salud vascular.
  • Vacunas: Se están realizando ensayos en humanos para vacunas contra el Alzheimer diseñadas para entrenar al sistema inmunitario y prevenir la acumulación de placa.
  • Biomarcadores basados en sangre: Las directrices de 2025 recomiendan ahora análisis de sangre para un diagnóstico más temprano y menos invasivo, lo cual es fundamental para el éxito de las terapias actuales y futuras.

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