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La prevalencia de la esclerosis múltiple (EM) aumenta, estimándose en 2.500.000 los casos a nivel mundial, 700.000 localizados en Europa y unos 55.000 en España. Es la enfermedad neurodegenerativa más frecuentes entre los 20 y 40 años, con una relación mujeres/hombres de 3:1. También, es la enfermedad no traumática más incapacitante entre los adultos jóvenes.
La mayoría tienen una evolución con recaídas y recuperaciones durante años. Los brotes de EM son episodios focales o multifocales con una duración de al menos 24 horas. Un grupo más reducido tendrá una evolución progresiva desde el momento del diagnóstico. Por la gran variabilidad de la sintomatología el diagnóstico inicial puede ser confundido con otras enfermedades.
La neuritis óptica se presenta en el 75 % de los casos, siendo el síntoma inicial en una cuarta parte de ellos. Habitualmente es de aparición unilateral y dolorosa, instalándose en unas dos semanas.
El diagnóstico de EM se apoya en la Resonancia Magnética Nuclear cuando se comprueban lesiones desmielinizante supra e infratentoriales.
Aunque de etiología imprecisa, el mecanismo autoinmune es el más aceptado, asociado a factores genéticos y ambientales. Entre los últimos, se describen tabaquismo, infección por el virus de Epstein Barr, obesidad en la infancia y niveles bajos de vitamina D.
Se ha descrito un efecto protector cuando coincide la EM con infección por parásitos intestinales (helmintos), a través de una mejora de la inmunidad. En un reciente Ensayo Clínico se observó aumento de las células T reguladores en los pacientes tratados con anquilostomas.
La metilprednisolona es el tratamiento de elección para los brotes agudos o subagudos. Hasta un 80 % mejoran a los 28 días del inicio del tratamiento.
Una revisión anterior de las terapias modificadoras de la enfermedad puede consultarse en el enlace.
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