¿Cómo diferenciarlos clínicamente?
Mareo: No hay pérdida de conciencia. Puede acompañarse de visión borrosa, sudoración o sensación de debilidad.
Vértigo: Suele acompañarse de náuseas, vómitos, nistagmo (movimiento ocular involuntario) y dificultad para caminar.
Síncope: Hay pérdida de conciencia breve, recuperación espontánea, y puede haber palidez, sudoración o convulsiones leves.
¿Cuándo preocuparse?
Si el mareo es persistente o se asocia a otros síntomas neurológicos.
Si el vértigo aparece de forma súbita y severa, especialmente con pérdida auditiva.
Si el síncope ocurre sin causa aparente, durante el ejercicio o con antecedentes cardíacos.
Los trastornos del equilibrio son una de las principales causas de caídas en los adultos mayores, y aproximadamente un tercio de los adultos mayores de 65 años experimentan síntomas.
Causas
Los problemas de equilibrio se derivan de una combinación de factores:
Cambios relacionados con la edad:
Disminución de la función en los sistemas sensoriales (visión, vestibular, somatosensorial), pérdida musculoesquelética (masa muscular, movilidad articular) y reducción de la densidad ósea.
Condiciones médicas:
- Trastornos vestibulares: vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), neuritis vestibular y enfermedad de Ménière.
- Problemas neurológicos: accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, demencia y ataxia cerebelosa.
- Problemas cardiovasculares: hipotensión ortostática (caída de la presión arterial al ponerse de pie), que puede causar mareos.
- Problemas articulares y musculares: Artritis y debilidad muscular (sarcopenia).
Medicamentos:
Las drogas psicoactivas y otros medicamentos pueden contribuir a problemas de equilibrio.
Factores de estilo de vida:
Sedentarismo, inactividad y miedo a caerse.
Diagnóstico diferencial
Un médico realizará una evaluación exhaustiva, que a menudo incluye:
- Historial médico: Revisión de síntomas, medicamentos e historial de caídas.
- Examen físico: Evaluación de la marcha, el equilibrio y la función neurológica.
- Pruebas de detección: La prueba Timed Up and Go (TUG), una herramienta de diagnóstico confiable para evaluar la movilidad y el equilibrio.
- Evaluación especializada: Un médico rehabilitador puede evaluar más a fondo las deficiencias específicas de la marcha y las limitaciones funcionales.
Prevención
Un enfoque multifactorial es más efectivo:
- Programas de ejercicios: Ejercicio físico y de equilibrio regular, como caminar y ejercicios específicos de entrenamiento del equilibrio.
- Revisión de medicamentos: Evaluación y reducción de medicamentos que pueden contribuir a problemas de equilibrio.
- Controle las condiciones de salud: aborde problemas subyacentes como presión arterial alta, artritis o problemas de visión.
- Seguridad en el hogar: Modificar el entorno del hogar para reducir los riesgos de caídas.
Tratamiento
Las estrategias de tratamiento se adaptan al individuo y sus causas específicas:
Fisioterapia:
Ejercicios específicos para el paciente diseñados por un fisioterapeuta para mejorar el equilibrio y la coordinación.
Ajuste de medicamentos:
Reducir o cambiar los medicamentos que causan mareos o afectan el equilibrio.
Tratamiento del Vértigo Posicional Paroxístico Benigno (VPPB):
Las maniobras físicas específicas pueden tratar eficazmente el vértigo posicional paroxístico benigno.
Cambios en el estilo de vida:
Estrategias para controlar la presión arterial, como reducir la ingesta de sodio y mantenerse hidratado.
Estrategias de prevención de caídas:
Educación para evitar movimientos bruscos, levantarse lentamente y tener cuidado al caminar en la oscuridad.
En cualquier caso, el diagnóstico y tratamiento del equilibrio en adultos mayores debe realizarlo el médico de cabecera.














